179. Lucas contra Jessica

domingo, 8 de febrero de 2009

Generalmente, estaría de acuerdo que Jessica es una peste andante, pero lo que Lucas le hizo también rompe los códigos humanos establecidos. Lo cual vuelve a suponer que en sí eran una pareja perfecta, pero lo más gracioso de todo es que la única que sufrió las consecuencias de la guerra entre Lucas con todo símbolo de humanidad, fue Martha.

Desde que el 50% de la parte elemental del Cumpleaños Doble habría dado marcha atrás en la organización del evento, debido a que su jefa no le había dado ni un céntimo de dinero, Jessica intentaba a toda costa rearmar la fiesta. Hasta se habría ofrecido a pagar todo y celebrar en nombre de los dos con tal de que todo salga a la perfección. Siempre y cuando Lucas aceptara y dejara su orgullo detrás de estar viviendo a costillas de ella.

Claro que jamás se imaginó que aparte de no agradarle la idea, tampoco se mostraría interesado siquiera en ayudarla.

Cuando finalmente consiguieron un salón a un costo exagerado pero dentro de las posibilidades, el dueño del local les dijo que lo único que necesitan para darles el afirmativo, es tener pagados los impuestos. Descubrireron que, como era sábado, el encargado de los impuestos era un sujeto que vivía cerca de la casa de Lucas.

Jessica decide llamarlo.

- Escucha, Lucas, estamos organizando para alquilar un salón para esta noche...

- No tengo dinero, ya te lo dije - la interrumpió él, de mala forma.

- Ya sé que no tienes dinero, en el diario salió publicado también - ironizó, algo cansada, la muchacha. - Pero hemos conseguido un local en donde lo único que tenemos que pagar son los impuestos y ya es nuestro. Ahora, sé que hay uno de ellos que vive cerca de tu casa, ¿tienes idea?

- Sí, hay uno que vive cerca - le dijo él.

- Genial, ¿puedes ir a hablar con él y preguntarle cuándo cuesta el impuesto así sabremos cuánto tenemos que pagar?

- No.

- ¿No puedes?

- No.

- ¿Por qué?

- Porque no es mi fiesta.

- Pero la haremos juntos - dijo Jessica, al borde del infarto. - Yo me haré cargo.

- No.

- Bueno, ¿puedes esperar en tu casa que con Martha iremos para ir a hablar con él? - preguntó ella, intentando ser cordial pero ardiendo de rabia.

- No sé - respondió él. - Porque creo que estoy por salir con Sebastián que anoche...

- ¡ESPERA EN TU CASA QUE YA VAMOS! - le gritó Jessica.

- Bueno, bueno, no me grites - se quejó Lucas y le cortó el teléfono.

Martha y Jessica se trasladaron en la moto de la primera hacia la casa de Lucas, quien estaba un poco impenetrable dado la lluvia tormentosa que cayó durante toda la mañana.

Fueron y descubrieron que el sujeto que buscabas, literalmente, vivía a media cuadra de la casa de Lucas.

Por supuesto, el precio que el hombre les dio excedía los porcentajes que Jessica podría pagar y terminar por aceptar una reunión con todos en algún bar.

- Es lo mejor - dijo Lucas. - Yo sabía que iba a ser en vano ir a preguntarle cuánto salía el impuesto porque seguro que iba a salir demasiado.

Jessica intentó asesinarlo con la mirada, pero no lo consiguió. Lucas continuó con vida.