1. Hablemos de Mí

lunes, 30 de junio de 2008


Ha pasado un mes desde la última vez que recuerdo haber tenido cinco minutos para sentarme frente a una computadora y comenzar a hablar sobre mis ilusiones, mis sueños y mis angustias por ausencias bien presentes.
¿El problema? Ninguno en particular. Simplemente comencé a trabajar en una empresa gubernamental, en una oficina, como un empleado público más del montón (como muy sabiamente me llamaría Sebastián tiempo después, queriendo intentar ser gracioso).
Este trabajo comenzó a absorverme de una manera desmedida que costó lágrimas, tristeza y desesperación. La separación con Lucas. La pérdida de mi tiempo nocturno. Dolor. Mucho dolor. El fin de una era.
Al principio pensé que el trabajo me iba a costar sacrificio en la facultad, en mis romances y con mis amigos. Pero no, resulta ser que nada de eso pasó. Sólo fue en mi vida académica, amorosa y social en donde tengo problemas. Serios problemas. Y afortunadamente ahora le puedo echar la culpa a algo.
Costó mucho adaptarme a dormir solamente 5 horas por día, pero he logrado adquirir un ritmo, por lo que mi día queda dividido en tres partes.
Por la mañana, trabajo.
Por la siesta, visitas de diversas personas.
Por la tarde, facultad.
Lo peor de todo era Lucas. Una parte de mí se sentía culpable por dejarlo solo, porque este trabajo salió justo cuando nuestra relación estaba alcanzando un grado de comunicación importante. Finalmente compartíamos un código. Nos entendíamos. Nos juramos amistad eterna y otras cuantas estupideces.
Después de lo mucho que he luchado, el trabajo había llegado en el peor momento de mi vida, pero tampoco podía rechazarlo. Era una oportunidad, de esas que se dan una vez en la vida y digamos que no es que con Lucas yo tenía el cielo. Habíamos llegado a la comunicación, no al casamiento.
Pero eso ya hace un mes y un millón de cosas pasaron desde ese entonces. Aquí comienzo la segunda parte de mi vida, por lo menos la que comparto con ustedes. Y no es por pecar de negativo, pero parece ser peor que la primera.