4. Hablemos de Juan (3º Parte)

lunes, 30 de junio de 2008

Nuestra última reunión fue con respecto al gran dolor que de cabeza que invade mi vida: Lucas. Así es, el muchacho merece un aplauso por cómo inició el mes siendo la persona más increíble que jamás pude haber encontrado y terminó convirtiéndose en otra de esas personas que te destruyen el mundo, y no conformes con eso, con una escoba barren las cenizas para que la metáfora del fénix no tenga efecto.

- Y encima después de que yo acepto creerle nuevamente - le expliqué a Juan, ya en un tono apasible y muy cínico, - de que acepto su voto lástima, llega Tobías y hace una cosa así delante mío. ¡Otra vez! Y ahora estoy en dudas sobre si ir con él a ese viaje o no. Todo por culpa de Ana. Ella fue la que me dijo que fue tierno de su parte todas las cosas que dijo, que no deben ser más que simples mentiras.

- ¿Invitó a Tobías a salir delante tuyo y a ti jamás te llegó la invitación? - preguntó Juan, sin poder creerlo. - Segundos después de que tú lo invitaste a un viaje y le diste una seguna oportunidad. Veo que no es una persona muy sutil.

- Es un bestia - remarqué.

Estaba claro que Lucas aquél día no era mi persona favorita. Para estos días, ya no iba de frente con él. No valía la pena. Había estado claro que ya no tenía derecho a hacerle ningún planteo. ¿Para qué? Me había desilusionado de tal manera que había vuelto a la primera etapa: la de querer evitarlo.

- Si no te importa, yo sí quisiera ir contigo - me dijo Juan, de pronto.

Me quedé mirándolo sorprendido. Notó mi cara de confusión, dado que Juan sí capta sutilezas.

- Si es que tienes lugar en tu auto, claro - se apresuró a decir.

- Cielos, Juan, no lo sé - respondí, confundido. - No tengo buenos recuerdos de los viajes que hicimos juntos.

- ¡Pero si nunca viajamos juntos! - se defendió el muy cararrota. - Siempre que me invitabas, yo por algún motivo distinto, ¡no iba! Así que no pudimos... Ah, ya entendí.

Que irónico captar las sutilezas de una mirada pero no la ironía de las palabras. De todos modos, le había ganado esa vuelta. Podría estar en la confusión entre si seguir dejando a Lucas en mi vida o no, pero estaba seguro de que no iba a dejar que Juan volviera a entrar.