98. Yo no te Perdoné

jueves, 9 de octubre de 2008

Mi fin de semana me atacó con un Lucas buscándome para ir al cumpleaños de Ana. Como yo no podía moverme por mis propios medios gracias a la gripe que me invadió, Lucas había aceptado hacerse responsable de mí. Estábamos llegando tarde.

- Tú siempre tienes el don de hacerme responsable a mí de todo lo que pasa - me reprochó, mientras íbamos camino al Supermercado a comprar gaseosas. - Siempre que haces algo malo, me echas la culpa y la gente te cree.

Sonreí por eso. En parte porque era cierto y en parte porque era una misión muy sencilla. El status de Lucas dentro del grupo no era precisamente el de la Madre Teresa. Con esto no quiero decir que la Madre Teresa tenga alguna relevancia dentro del grupo.

En la fiesta, Ana había recibido ya a Guillermina, Martha, Susana, Tobías, Pablo, Emilio y Leo. Jessica prometió ir apenas saliera del trabajo. Eso significaba

- Siempre que te echo la culpa, ¡es porque hiciste algo malo! - le retruqué. - Entiendo esa estupidez de "Amigos por Siempre", pero mi integridad física vale mucho más que lo que puede ser nuestra amistad.

Lucas se giró, como si se hubiera ofendido por lo que le dije. T

- Algún día no volveré a hablarte - dijo, cruzándose de brazos.

- Y yo lo entenderé - contesté, sin darle importancia.

- ¿Por qué eres tan frío? - me insistió. - Desde que volvimos a hablar estás completamente agresivo hacia mi persona. Yo ni siquiera te puedo decir un chiste sin que me contestes mal. Cualquier cosa que quiero hacer, tú ya me atacas. ¿Qué pasa contigo?

Detuve mi caminata y lo miré de reojo.

- ¿Realmente quieres una conversación ahora?

- ¿Tenemos algo mejor de que hablar?

Estaba en claro que Lucas no sospechaba que yo tenía cosas que decirle sobre el tema, pero en el cumpleaños le he advertido que me quedaron muchas cosas atravesadas en la garganta.

- Si tengo que ser franco... yo no te perdoné - dije, suspirando. - Hay una parte mía que sabe que las cosas están mejor como están ahora, pero hay otra parte superior que es la que me impide perdonarte y que no deja de odiarte. Hasta sigue con esos deseos de provocarte daño. No lo hago para herirte, ni lo hago por venganza. Simplemente, ya no soy el mismo que alguna vez fui.

Lucas me miró y no podía disimular su sorpresa.

- Ciertamente estás muy equivocado si creías que porque ahora nos llevemos bien, yo pude superar todo lo que pasó - le comenté. - No puedo perdonar todo lo mal que la pasé cuando nos peleamos.

Doblamos la esquina que nos lleva a la casa de Ana y vimos que algunos se encontraban en la vereda. Incluyendo a Jessica, quien ya había llegado.

- Estamos mejor así que hace mucho tiempo atrás - dijo, como comentario. - Ahora nos llevamos mejor. Puedes seguir odiándome todo lo que quieras.