15. Hablemos de Tobías (3º Parte)

viernes, 4 de julio de 2008

- No hay nada más de lo que pasó ese jueves - respondió, dando por hecho que yo ya estaba enterado del tema. - Yo ni loco me atrevería a comenzar algo con ella, mucho más sabiendo cómo es.

Hazte fama y échate a dormir.

- Todo al menos que ella cambie - continuó. - Pero yo no voy a pedirle que lo haga por mí, así que quedará como algo que haremos de vez en cuando y sin emociones de por medio.

Es complicada esa cuestión. Uno nunca sabe cómo distinguir la línea entre lo que es carnal y lo que es sentimental. Es tan delgada que a veces se pasan esos límites sin que sepamos dónde estaban.

Y lo peor es que es muy difícil volver hacia atrás, lo que luego ocasiona trastornos, desastres de vidas y páginas de blog que cuentan historias personales (hoy estoy comiquísimo).

- Pero pasó que un día viene Guillermina y me dice que Susy terminó su relación con el novio que tiene - me sigue contando. - Yo al principio pensé que lo hizo por mí. Es como si hubiera visto una oportunidad entre nosotros a la que pensé en aferrarme, obviamente.

- ¿Pero?

- Pero después vino Guillermina al día siguiente para contarme que habían regresado.

Lanzó una de sus típicas risas cínicas. Era parte de su personalidad.

Me quedé pensando en qué haría yo si fuera Susy. Posiblemente disfrutaría de la promiscuidad, pero cuando apareciera ante mí una persona como Tobías, no la dejaría escapar. Porque aquél amargado personaje de la existencia humana, parecía ser de esos soles que te alumbrarán de por vida.