8. Hablemos de Ana (4º Parte)

martes, 1 de julio de 2008

No sé si por maquiavélico o por desesperado, pero utilicé toda la información que tenía para un beneficio propio. Averiguar el terreno.

Estaba claro que Lucas había cambiado de una forma enorme ante los ojos de todos. Y que ese cambio, podía despertar una gran cantidad de diversas emociones. Yo, por mi parte, quería averiguar cuáles eran las de Ana.

Así que fue en esos momentos libres, antes de que comencemos a jugar al Rol, cuando Ana y yo tuvimos esta pequeña conversación en mi cocina.

- Los chicos piensan que el cambio de Lucas se debe a que está interesado en ti - le dije, como si fuera el amigo chismoso que le pasa el dato.

- Pero ¡que ridiculez! - se quejó, cruzándose de brazos. - No me digas que el arranque de celos que tuviste la semana pasada fue por este tema.

No sabía muy bien que contestar a esta pregunta, por lo cual opté por la más lógica: mentí.

- No, no - contesté. - Mi arranque fue porque vi que tú y Lucas estaban mandándose mensajes graciosos. Y yo soy tu amigo gracioso, no él.

Y pese a que mentí, lo que le dije fue lo más sincero que habré dicho en todo el mes. A veces me agarran esos momentos de tristeza en donde reconozco que no soy tan fuerte como aparento y que mis miedos irracionales pueden vencerme.

Ana se sintió conmovida y me abrazó, mientras que yo me sentí feliz por haber esquivado la bala.

- Bueno, yo al igual que tú creo que el cambio de Lucas se debe más a una voluntad de él impulsada por tu ayuda que a un interés por mi persona - me dijo Ana. - Yo soy buena con él y lo quiero mucho, pero confío en que no habrá creído que tengo intenciones subliminares de fondo.

En ese momento Tobías llegó a la cocina y nos interrumpió. Pero de todos modos estaba bien, había conseguido la información que necesitaba.