9. Hablemos de Ana (5º Parte)

miércoles, 2 de julio de 2008

Finalmente, dado los grandes cambios comunicaciones que estaba demostrando Lucas, más experimentando la sensación de convertirse en un ser humano, esta conversación tuvo lugar antes de que yo comenzara mi primer día de trabajo.

- Yo te mentí - me confesó.

- ¿No te llamas Lucas? - pregunté, haciéndome el gracioso.

- No, hablo con respecto a Ana - contestó. - Cuando me preguntaste hace unas semanas si me gustaba y yo te respondí que no. Bueno, eso es lo que no era del todo cierto. Me gusta.

No podía entender a que se debía ese repentino arranque de sinceridad, pero para cuando esta información me había llegado, yo ya tranquilamente tenía todo el asunto bajo control. Por suerte, no me tomó por sorpresa.

- Es por esto que los chicos piensan que cambiaste - dije, como si ni yo mismo le creyera todo el circo que estaba haciendo.

Lucas me miró extrañado. Yo intentaba no sonar tan frío, así que hablé con la mejor tranquilidad posible, sin sonar acusador.

- Tobías y Marcelo - contesté. - Ellos notaron que algo te pasaba y se lo contaron a Guillermina. Y tú sabes cómo es ella. Se lo contó al resto del Universo.

Lucas se tomó un tiempo para asimilar la información. Pareciera que aquello no estaba esperado. Que alguien se haya percatado de sus verdaderas intenciones.

- No te preocupes, que de todos modos no intento hacer nada con Ana - explicó. - Ella es una persona maravillosa y yo me siento tan solo que un poco de afecto ya me hace estar en las nubes.

Ese comentario me pegó bajo por la ternura que inspiró. Se lo veía derrotado, cansado, como yo.

- Pero tenía muchas cosas - continuó. - Que ella se va a ir de la ciudad el año entrante. Te tenía a ti, que no sabía cómo te lo ibas a tomar.

Estaba notando que se hizo todo un culebrón de pensamientos. Me hubiera gustado que él se tomara la molestia de hacer un blog acerca de sus sentimientos. Sería interesante leerlo.

- Disculpa por no haber sido sincero desde el principio - contestó.

- No hay problema - dije, sinceramente. - Sólo espero que esto no te haga mal a ti. Aparte, vamos, Lucas, tarde o temprano va a aparecer la persona que quieres. Tú lo sabes. No permanecerá en secreto mucho tiempo.

- ¿Qué cosa?

- Lo genial que eres - respondí, como el díalogo sacado de Dawson's Creek.

Lucas sonrió pero no respondió. Por mi parte, sabía que lo que le decía era verdad. Y en ese entonces, no tenía idea de cuan real era lo que le estaba diciendo.