20. Hablemos de Sebastián (4º Parte)

jueves, 10 de julio de 2008

Soy consciente que Sebastián no me hizo nada grave. No me traicionó a grandes rasgos ni nada por el estilo, pero también soy consciente que despertó en mí el factor duda que antes tan bien se encontraba opacado por lo maravilloso que eran mis amigos nuevos.

Ahora volví la incertidumbre sobre ¿qué va a pasar con el resto? Es decir, si esto me lo hizo Sebastián, que era un amigo con quien me daba toda su confianza y otras mentiras, ¿qué podía esperar de un Pablo o un Tobías con quienes no me relacionaba tanto?

Fue en el chat, una semana después donde Sebastián volvió a intentar pedirme disculpas.

SEBASTIAN: No sabía que te iba a provocar un trauma todo esto. Lamento mucho que haya sido así.

YO: Creo que a cualquiera le ocasionaría un conflicto si alguien prefiere eliminarlo de su vida en lugar de tomar el camino fácil y decir algo así como "No me hables del tema de Camila desde esta dirección".

SEBASTIAN: Pero si no te eliminé de mi vida. Sólo de una dirección. Aparte eres la persona con la que más hablo.

YO: No se trata de que me hayas eliminado de tu dirección. ¡Es una metáfora, Sebastián! Se trata de, ¿tengo que suponer que cumplo un rol tan fundamental en tu existencia que ante la primera opción me vas a eliminar? ¿A eso llamamos amistad? Más viniendo de ti, que me diste sermones y sermones cuando yo quería evitar a Lucas.

SEBASTIAN: Tienes razón. Sólo me queda pedirte disculpas.

No fue suficiente, de todos modos. Y no es por rencoroso, porque después de todo, eso sirvió para darme cuenta que tengo que dejar de ser tan volátil y no dejarme influenciar por simples palabras que te dicen "te quiero, amigo".

Hay que volver a lo básico.