138. Dos Empleos

miércoles, 3 de diciembre de 2008

En un gran almuerzo donde la empresa gastó más dinero del que podía costear, el presidente anunció que seríamos contratados definitivamente. Mientras Tobías se moría de incertidumbre sobre su futuro y a Lucas todavía no le llagaba el modem que pidió hace más de dos semanas, Marcelo y Pablo se encontraban más tranquilos al saber que las cosas estaban mejorando leventemente para ellos ya que tuvieron propuestas de trabajos para las vacaciones que estaban próximas.

Leo, por su parte, estaba dichoso por haber aprobado tres materias en tres días seguidos.

- Eres al único de mis amigos al que le puedo sacar en cara que estoy lidiando con los trabajos más importantes de la ciudad - le comenté. - No puedo ir a los demás a decirles que soy mejor que ellos, porque se están desprestigiando a ellos mismos.

- Realmente me pone muy feliz por ti que tengas estas oportunidades, Oliver - me dijo Leo, y le creí. - Es impresionante verte así.

No sabía a qué se refería con esa expresión, así que tal vez mi rostro habló por mí, por lo que Leo tuvo que expresarse con mejor claridad.

- Es que simplemente recuerdo que a ti todo te sale mal - dijo, y simuló que no se reía. - Por eso es que está bien que un poco del destino te de la suerte de por lo menos poder mostrarte orgulloso al decir que tienes ofertas de los dos mejores empleos de la ciudad. ¿Qué decidirás?

- No lo sé - dije, y aquella era una pregunta que me enfrentaría constantemente. - Porque por más que me vivo quejando de mi empleo, yo estoy muy cómodo ahí. La gente me trata bien y son respetuosos. Aparte, no corro riesgo de hacer algo grave. Si trabajo en el Poder Judicial, corro riesgo de mandar a alguien a prisión que podría odiarme más que una persona a la que por error puedo dejar sin sueldo.

- Es cierto, en donde estás ahora el error es menos grave, aunque de todos modos te querrían matar - comentó mi amigo.

- Lo sé, pero es que no me imagino estando en otro lado que no sea allí - comenté. - Por otro lado, tampoco sé si la otra opción será mejor o no. Es un asunto para analizar.

- Está difícil, es cierto - dijo Leo, y eso sería la conclusión que más escucharía al exponer mis temas a semejante pregunta.

Pero, para todo esto, habría tiempo para decidir sobre dos empleos que, de palabra, se me presentan.

Aún así, hasta que no vea un contrato donde yo pueda firmar, no me iba a hacer ilusiones. La suerte es frágil conmigo y es mejor no abusar de ella.