151. El Frustrado Encuentro

domingo, 28 de diciembre de 2008

Dos días después de mi regreso a la ciudad, volví a enfermar de anginas y una operación a extirpar mis amígdalas estaba más cerca de lo que yo hubiera imaginado.

Nuevamente un certificado mediante que me impedía regresar al trabajo con el bonus de un Tadeo que me odiaba con todo su corazón por haberlo dejado a merced de mis jefes y me mandaba mensajes insultándome, fueron la nueva excusa por el cual estuve inconsciente y postrado en mi cama por más de 23 horas seguidas. Es como si hubiera acumulado cinco meses de trabajo en la oficina y esa noche me los quiso cobrar mi cuerpo.

Por supuesto que hubo inyecciones de por medio y mucho dolor, pero cuando me desperté al día siguiente, me sentí más despierto que nunca, aunque la gripe continuaba.

Habíamos quedado con Lucas en encontrarnos esa noche de miércoles, puesto a que al día siguiente yo no trabajaba, y de paso nos quedaríamos toda la noche mirando el final de la temporada 2 de Desperate Housewives, donde habíamos acordado mirar de una sola sentada los 6 capítulos finales.

Llegó a las 22.

- Me vas a matar - anunció. - Pero en un rato tengo que ir al trabajo, porque llegó un nuevo mandado de decorados para un evento y nos llamaron de urgencia para colaborar.

Por supuesto, quise matarlo.

Ese día nos dedicamos a convenir cuando sería conveniente que comencemos el gimnasio. Me pareció una idea interesante para llevar a cabo con todos los chicos, y Tobías y Pablo no dudaron en agendarse un momento especial para que todos podamos compartir esa rutina.

- ¿Qué hay de Felipe? - preguntó Lucas, queriendo saber, antes de marcharse, en qué quedó ese tema. - ¿Volvió a hablarte?

- Hoy le mandé mensajes y no respondió - dije. - Mañana seguramente nos encontraremos por chat y todo se verá. No creo que dejemos de hablarnos.