152. Equivocado

domingo, 28 de diciembre de 2008

Me había equivocado con respecto a Felipe, pues resultó ser que nuestra infantil pelea para él era mayor de lo que hubiéramos imaginado.

Fue por chat, como de costumbre.

FELIPE: Creo que lo que me dijiste, tu insulto, se debió a toda la confianza que nos dimos en todo este tiempo que pasamos juntos. Es mejor si nos damos un tiempo.

Minuto de silencio para mí. ¿Un tiempo? ¿Cuándo nos veíamos? Desde que terminamos de rendir solamente nos vimos una vez. Y ahora... ¿teníamos que dejar de vernos?

FELIPE: Sé que vas a pensar que es estúpido, porque ni nos vemos, pero creo que es lo mejor. No me gustó lo que hiciste y creo que un tiempo sin comunicarnos será mejor para los dos.

YO: Si es lo que quieres, está bien. Pero no soy bueno con esto.

FELIPE: ¿Qué quieres decir?

YO: Que si quieres que me vaya de tu vida, no me voy a vender y aceptaré lo que quieras. Pero, ¿estás seguro? Porque nunca fui bueno con las segundas partes, y si me dejas ir ahora... La verdad es que no va a haber marcha atrás.

FELIPE: No dramatices. Esto no es un "adiós", es un "hasta luego".

Me quedé intentando encontrarle sentido a las palabras, mientras hablaba con un Lucas que había conseguido tener conexión a Internet después de casi un mes de esperarla. Casi el mismo tiempo que yo estoy esperando que me devuelva la parte del dinero que le presté y jamás me fue retribuida.

Le volví a hablar a Felipe, sólo para quitarme una duda de nuevo.

YO: Por casualidad, ¿qué fue lo que hice mal?

FELIPE: ¿Cómo?

YO: Digo, después de todo lo que pasamos, quiero saber qué fue el error tan grande que tuve. Porque es obvio que tuve un problema, o quizá varios, y necesito modificarlos para que en el futuro esto no me siga perjudicando. Así que dime, ¿qué hice mal?

FELIPE: Nada, solamente me insultaste.

Tuve un ataque de risa.

YO: ¿Entonces me quieres decir que nos estamos separando porque te insulté?

FELIPE: Sí, así que no te sientas tan mal.

Doble ataque de risa, aunque creo que esta ya era cínica. Me sentía como el Guasón.

YO: ¿Me estás diciendo que después de todo lo que hice por ti, todo lo que pasé por ti y todo lo que tuve que mentir por ti... todo eso no valió nada porque el viernes pasado... te insulté?

FELIPE: Sí.

YO: Diablos, tu balanza anda para el culo.