157. La Pelea Más Fuerte

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Rafael y Fabricio terminaron su relación el 17 de Noviembre de 2008, a exactamente 10 meses de haberla empezado.

¿Cómo es que me enteré de esto si no me hablo con Felipe? Bueno, es una historia interesante que mezcla a la falta de comunicación, con el interés de recuperar un juego y con una confiaza absoluta entregada en el primer momento de la charla. Y nada de esto hubiera pasado si no fuera por la ayuda de los metroflog, quien Carlos fue el que me hizo descubrir que Fabricio tenía uno.

Y así empezó todo.

Felipe se había quedado con mi Clue, la tarde de un jueves cuando prometimos encontrarnos un viernes que nunca sucedió. Yo me había quedado con la campera de Felipe, la noche de un martes, un día antes de que tengamos que rendir para ingresar al Juzgado.

¿El objetivo? Recuperar mi juego sin devolver su campera.

¿Motivo? Me quedaba bien.

¿Es robo? Sí, tal vez.

Cuando me inicié por dos días en el mundo del metroflog y firmé el de Fabricio, una amiga de él me pidió mi dirección de correo y pudimos hablar brevemente. Ahí estaba la clave y fue la persona a quien le pedí el e-mail del muchacho en cuestión. Me lo dio.

Fabricio comenzó a contarme que se habían peleado porque Rafael lo hacía llenarse de celos en el chat con los hombres con los que hablaba. También confesó que esa misma tarde, Rafael estuvo llorando para que lo perdonara y por más que le dolía en el alma, no quería ceder.

Había llegado el momento de actuar y hacerme el psicólogo. Le dije que si se imaganaba no estar con él de aquí a dos semanas, que si valía más esta pelea que todo lo que pasaron juntos y si realmente se iba a animar a enfrentarse al mundo sin Rafael. Comenzó a dudar.

Agradeció el que lo haya ayudado a pensar. Pero no se conformó con eso.

FABRICIO: ¿Me quieres contar ahora que pasó entre tú y Felipe?

Genial. Había sido lo suficientemente obvio como para que ellos notaran que Felipe me interesaba. Aunque, sinceramente, creo que hasta los pastos del patio de la casa de los mellizos lo sabían.

YO: Sinceramente... nada.

Error. Acababa de reconocer que Felipe me interesaba sin saber a qué se refería Fabricio.

FABRICIO: Pero por algo se pelearon.

Ahora sí me sentí un estúpido.

Soy brillante para estas situaciones. Brillante.