162. La Otra Historia

miércoles, 31 de diciembre de 2008

FABRICIO: Me lo imaginaba. Siempre se lo digo a Rafael, pero él lo niega.

Entonces Fabricio comenzó a contarme la historia de cómo se conocieron. Resultó ser que cuando él fue a su casa por primera vez, tuvo intenciones de acercarse a Felipe, pero su propio hermano se lo impidió por una cuestión de celos. A partir de allí, Felipe pensó que todo fue culpa de Fabricio y por ello comenzó a odiarlo.

FABRICIO: Siempre intenté que mi cuñado sea mi amigo, pero nunca me lo permitió. Ahora con esto que me dices, confirma mi teoría y significa que voy a dejar de intentar hacer algo para lo cual no soy bien recibido.

Luego, comentó una historia acerca de un amigo de Felipe que terminó siendo amigo de Fabricio. Eran un grupo de la Iglesia, y obviamente también gay. No sé por qué el "obviamente", pero así fue como Fabricio me lo relató. La cosa es que Felipe se armó de nervios al enterarse de esto y una vez que el chico fue a visitarlo le dijo muy cortante "¿Por qué no vas mejor a lo de Fabricio, ya que son amigos ahora?".

FABRICIO: Y lo mismo pasará contigo ahora. Tú y yo ya nos llevamos bien y seguramente nos veremos.

YO: Pero si dice algo sobre mí, es porque él me eliminó de su vida. ¿Qué quieres que haga?

Pero el remate final de todo fue cuando terminó la conversación.

FABRICIO: Sólo te digo una cosa. Así como Felipe habló mal de mí, también habló mal de ti.

Esa no me la esperaba.

Aunque extrañamente tampoco me sorprendía, no sé por qué.

YO: ¿Qué dijo?

FABRICIO: No importa, y no lo comentes o Rafael me asesinaría. Mira que me juego la vida al darte ese dato.

YO: Sabes que no haré líos. No más de los que ya hay.

FABRICIO: Yo entiendo que estés mal por esto, pero déjame decirte que Felipe no es una persona por la que vale la pena que te arriesgues. Tampoco jamás le ruegues para volver.

YO: Créeme que lo aprendí de la forma más dura.

Sí, definitivamente el consejo de Fabricio, me hubiera venido bien hace dos meses atrás.

No hubiera servido de nada, porque todo el mundo me lo dijo y aún así... nunca quise creerles.