147. La Pelea

jueves, 25 de diciembre de 2008

Al día siguiente, Ana enfermó de una forma horrible y me dijo que no podría ir a la casa de Felipe a jugar, pero que me divirtiera. Por un lado, supuse que Felipe nunca le terminó de caer bien a la chica y que estaba intentando desligarse de esto.

Por otro lado, el Evento del Año tenía a Ana como una de las socias y le permitiría una cierta cantidad de entradas para que ella pudiera invitar a una cierta cantidad de amigos. Felipe estuvo al tanto de esto y quizá fue uno de los motivos por los que más se apegó, mientras que yo siempre la ponía a la chica en el duro debate acerca de cuál será el verdadero motivo por el que tendrá que elegir a cuáles de todos sus amigos nuevos será a quienes invite.

Pero más allá de todo esto, una nueva batalla en el chat se aproximaba en el horizonte entre Felipe y yo.

FELIPE: No sé si van a poder venir esta noche. Tengo que consultar con Rafael si le parece conveniente.

YO: Si no quieres que vaya, puedes decírmelo en lugar de buscar excusas. Mañana viajo y puedo aprovechar esto para estar con mis amigos.

FELIPE: Como quieras.

Fantástico.

No le volví a hablar por media hora, hasta que entre todas esas cosas escuché una canción que me hizo recordar a Ana, quien se mudaría próximamente.

Pensé en que podría regalarle un video. Eso sería maravilloso. Le pasé el tema a Felipe para que me diera su opinión. Era la única persona que tenía a la vista.

FELIPE: No me gusta la canción.

YO: De acuerdo. Vete a la mierda.

Esa noche, Leo y Pablo me visitaron y me saqué el amargo sabor de boca de la bronca por la incomprensión que Felipe tenía hacia la humanidad.

¿Y yo realmente qué esperaba?