Antonio Brass era el joven que arreglaba computadoras y que sutilmente había seducido a Julieta aquella vez que fue a arreglar las suyas. Luego de unos intercambios de e-mails y charlas que fueron subiendo de tono, Julieta estaba dispuesta a entregarse a ese joven, luego de la desilusi
ón que causó en su cumpleaños que Valentín no la saludara.
Esa tarde fue el muchacho y la saludó con un beso en los labios. Julieta lamentó este hecho, puesto que con su hermano la semana pasada, su amigo durmiendo en su habitación y ahora este joven besándola, sus vecinos que nunca se iban de las aceras debían pensar que era la mujer más rápida del país.
Antonio entró y se desnudó por completo. Tenía un cuerpo bastante trabajado y un buen gusto por los cigarrillos que no se le permitía fumar.
- Mi amigo está durmiendo en la habitación de al lado - le anunció Julieta.
- ¿Y esta habitación?
- De mi hermana - dijo. - No está. No vendrá a la ciudad por toda la semana.
Se desnudaron y comenzaron a hacer el amor.
- Quiero bañarme - le anunció él. - ¿Podemos bañarnos?
- No puedo bañarme contigo hoy - se quejó ella. - Mi amigo Oliver está durmiendo, y si se despierta y entra al baño y nos ve.
- ¿Puedo bañarme solo?
- Idem al mismo tema anterior - dijo ella. - ¿Acaso quieres que él entre y vea que no soy yo? Supongo que notará que tengo cuerpo de hombre.
- De acuerdo, no nos bañaremos esta vez, pero tarde o temprano tendremos que bañarnos juntos, ¿de acuerdo?

Esa tarde fue el muchacho y la saludó con un beso en los labios. Julieta lamentó este hecho, puesto que con su hermano la semana pasada, su amigo durmiendo en su habitación y ahora este joven besándola, sus vecinos que nunca se iban de las aceras debían pensar que era la mujer más rápida del país.
Antonio entró y se desnudó por completo. Tenía un cuerpo bastante trabajado y un buen gusto por los cigarrillos que no se le permitía fumar.
- Mi amigo está durmiendo en la habitación de al lado - le anunció Julieta.
- ¿Y esta habitación?
- De mi hermana - dijo. - No está. No vendrá a la ciudad por toda la semana.
Se desnudaron y comenzaron a hacer el amor.
- Quiero bañarme - le anunció él. - ¿Podemos bañarnos?
- No puedo bañarme contigo hoy - se quejó ella. - Mi amigo Oliver está durmiendo, y si se despierta y entra al baño y nos ve.
- ¿Puedo bañarme solo?
- Idem al mismo tema anterior - dijo ella. - ¿Acaso quieres que él entre y vea que no soy yo? Supongo que notará que tengo cuerpo de hombre.
- De acuerdo, no nos bañaremos esta vez, pero tarde o temprano tendremos que bañarnos juntos, ¿de acuerdo?
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