45. El Regalo (V)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Después de esa charla, intercambiamos números de celular con tal de que no lo llamara por las tardes, ya que a esa hora se encuentra con su novio.

Tampoco soy fanático de mandar mensajes sólo para saludar. De todos modos, valía la pena la advertencia.

Al día siguiente, me encontraba entre la locura que lleva el estar en una oficina, cuando tu jefe hace esfuerzos por ser un inútil.

Intentaba hablar con Tadeo para preguntarle qué tal la pasó, pero apenas lo crucé un par de ocasiones en los pasillos de la empresa.

Y por si las cosas no podían ser más problemáticas, Felipe comenzó a mandarme mensajes llenos de melancolía que apenas podía contestar.

Parece ser que el bello muchacho encontró en mí a un persona confiable, porque me escribía rebelándome problemas con su familia, problemas con sus estudios y problemas hasta con su novio.

Quise llamarlo pero no me dejó. Dijo estar muy melancólico como para poder sostener una conversación.

- Realmente tienes un problema muy grande con tus elecciones - me dijo Lucas, cuando le conté lo sucedido. - Aparte tú inspiras esa confianza para que las personas automáticamente comiencen a contarse sus cosas. Pero, sin conocerlo, creo que este chico es una mala idea.

Lucas me conocía bastante. Unos dos meses después de que superé lo que sentía por él y que el tiempo, miles de peleas de por medio y una reunión con Marcelo donde nos obligó a amigarnos, logró que volvamos a ser los mejores amigos de la historia.

Y tal vez Lucas tenía razón. Era una mala idea, pero no sería yo si no me arriesgara a sufrir... ¿no?

1 Dichos:

Anónimo dijo...

pddfff ya cagaste. Si te empieza a contar sus problemas sos solo un amigo.

y la verdad todeavia no se bien como sos. Pense que esa parte de tirarte al sufrir ya la pasaste, no me habias dicho eso?