82. Marcelo lo ha Descubierto

jueves, 25 de septiembre de 2008

Tres días atrás, Lucas se encontraba con Tobías y Marcelo tomando una cerveza en un bar, como quienes pierden un miércoles por la noche después de un arduo día de trabajo.

Un encuentro de amigos para hablar un poco de trivialidades.

- ¡Oliver se acuesta con hombres! - gritó Marcelo, de repente.

Lucas casi se atragantó con el poco de cerveza que tenía en la boca.

- ¿Qué? - dijo, fingiendo sorpresa. - ¿Y eso?

- Me enteré - dijo Marcelo, indignado. - No lo puedo creer. Practicamente se me cae un ídolo. Jamás lo hubiera pensado de él.

Lucas miró a Tobías buscando ayuda con los ojos, pero le fue devuelta la misma mirada de incertidumbre.

- ¿De dónde sacaste una cosa así? - preguntó Lucas.

- No puedo decir quién es mi fuente - aclaró Marcelo. - Sólo sé que la situación me da asco. Es más, creo que no voy a volver a hablarle.

Nuevamente Lucas y Tobías intercambiaron una mirada de asombro.

- Espera, Marcelo, ¿estás escuchando lo que estás diciendo? - le preguntó Lucas, en mi defenza. - Más allá de si eso es cierto o no, estás por dejarle de hablar a una persona que conoces porque te has enterado de algo que no es relevante en tu vida. ¡Es ridículo!

- Es que tengo miedo - confesó Marcelo, encogiéndose en hombros. - No me gusta la gente así. Ahora no sé cómo hablarle. Mira si quiere seducirme.

Lucas ahogó una risa.

- ¡Por Dios, Marcelo! - gritó. - ¡Lo conoces desde hace casi un año! ¿En algún momento notaste que él se te haya insinuado? Porque dudo mucho que para él tú entres en la categoría de sus gustos.

- Entonces me estás confirmando que es cierto - dijo Marcelo.

- Sólo estoy confirmando que de última instancia es un tema de él y no algo que debamos debatir nosotros - retrucó Lucas. - Si él no quiso contártelo, debe ser porque no quería que te enteraras. Y creo que debemos respetar eso.

Marcelo se quedó callado y a Lucas le despertó la curiosidad ante aquél arranque de histeria por esa información.

Tobías, que generalmente permanece callado, tomó la palabra. Miró a Lucas.

- A mí no me importa - dijo, finalmente. - Pero siempre escuché rumores que se sentía atraído por ti.

- Esas son cosas de Jessica - respondió Lucas. - Tú sabes que entre ella y yo las cosas terminaron mal y que haría cualquier cosa con tal de desprestigiar al resto. Todos saben que es una serpiente. Y si no lo saben, es porque están ciegos y no ven lo obvio.

Se hizo un silencio por unos minutos en la conversación de los tres caballeros.

Marcelo parecía haberse perdido entre sus pensamientos.

- No lo sé - largó, como un suspiro. - Veré si puedo vincularme con él y si no me siento extraño. Pero no puedo prometer nada. Tal vez nuestra amistad se termine aquí.