58. El Cartel Verde (8º Parte)

jueves, 18 de septiembre de 2008

"Que esta noche la pases muy bien.
Te quiero mucho.
Firma: SUSY"


Poco a poco, para dos horas antes de la medianoche, todos mis amigos fueron llegando al lugar indicado. Exceptuando por Ana, quien se había marchado a tiempo, nadie del resto de mis amigos faltó a la cita. Inclusive estaba Leo, quien el día anterior había visto casi imposible el hecho de poder asistir.

En este tiempo, Susana pasó a ser la más juzgada de todos. Después de que se supo a los cuatro vientos la aventura sexual que tuvieron con Iván, Jessica y Guillermina comenzaron a alejarse de ella de una forma muy brusca, y comenzó a ser el centro de las críticas de parte de las dos Reinas del Mal.

¿La parte más divertida? Ella jamás se daba por enterada.

De todos modos, y no sé si por hacer rabiar las neuronas de mi compañera de cumpleaños y de la Víbora Mayor, Susana esa noche estaba vestida como una modelo. Para aumentar la cólera, no soltó su celular en toda la noche.

- No esperes hablar mucho con ella hoy - me dijo Martha, señalándola desde la distancia. - Está enamorada del primo de su padre.

Sin comentarios.

- ¿Que qué? - pregunté, intentando disimular mi risa.

- Es una historia bastante incestuosa - me comentó la chica, señalándola desde la distancia. - Todo comenzó con una charla de chat, como casi siempre empiezan los amores de Susana. El hombre comenzó a hacerse el seductor y ella le siguió el juego. La cosa es que hace unas semanas se encontraron y él le regaló el mismo anillo de compromiso que tenía la mujer.

Me estaba sintiendo algo descompuesto.

- Agradezcamos que el sujeto en cuestión no vive en la ciudad - prosiguió. - Vino para un cumpleaños del abuelo en común y allí fue cuando se encontraron. Pero, ¿te imaginas si el padre se entera que su propio primo está acostándose con su hija? El hombre la mata, lo mata a él y luego me mata a mí por saberlo.

Aunque me sorprendió que la historia se comentara, no era digno de juzgar a Susana por este hecho.

Al fin y al cabo, faltaba poco para que viniera mi primo favorito a visitarme y, en confesión, debía decir que tenía una relación igual a la de Susana con el primo de su padre.