Terminamos de hablar y me dijo que su novio le había mandado un mensaje para que se pudieran encontrar.
Él quiso ir corriendo, pero me ofrecí a acercarlo unas cuadras.
- No es necesario que te molestes.
- Tengo que comprar cigarrillos, de hecho - me defendí.
Entregué una amistad que era una mentira, porque mis ratones no dejaron de carburar en mi cabeza haciéndome desearlo.
Cuando bajó del auto y lo vi partir, supe en ese momento que iba a representar un nuevo amor masoquista y doloroso como esas historias en las que yo elijo participar sólo para salir perdiendo.
Pero más allá de eso, y estando tan cerca de la mayoría de edad, lo único que pensé es que su persona fue el mejor regalo que había recibido del destino durante mucho tiempo.
Él quiso ir corriendo, pero me ofrecí a acercarlo unas cuadras.
- No es necesario que te molestes.

- Tengo que comprar cigarrillos, de hecho - me defendí.
Entregué una amistad que era una mentira, porque mis ratones no dejaron de carburar en mi cabeza haciéndome desearlo.
Cuando bajó del auto y lo vi partir, supe en ese momento que iba a representar un nuevo amor masoquista y doloroso como esas historias en las que yo elijo participar sólo para salir perdiendo.
Pero más allá de eso, y estando tan cerca de la mayoría de edad, lo único que pensé es que su persona fue el mejor regalo que había recibido del destino durante mucho tiempo.
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