63. El Cartel Verde (13º Parte)

jueves, 18 de septiembre de 2008

"Sé tan feliz como te atrevas a serlo.
La meta es de quien toma las riendas.
Firma: LEO"


Leo estuvo alrededor de veinte minutos mirando el cartel con un fibrón en manos.

- No tengo nada que escribirles - me dijo. - Quisiera que mis mensajes sean más profundos que un par de taradeces y deseos lindos. Quisiera que mis palabras les llegue a lo más profundo del alma.

Ni siquiera me molesté en seguir la conversación.

Verdaderamente, Leo me sorprendió apareciendo allí. Estaba muy seguro que nuestra compañía sería su ausencia que cuando llegó, corrí a abrazarlo.

Había estado conmigo la noche anterior, donde intentaba hablarle sobre una persona que había conocido.

- La cosa es que podría haber escuchado sin intrometerme y quizá me hubiera ahorrado todos estos problemas - dije, sin mencionar de quién hablaba. - Pero confió en mí. Hizo un lazo que iba más allá de lo superficial. Y le extendí mi mano.

Leo estaba dividiéndose entre si leer los subtítulos de su película, o escucharme a mí. Así que le facilité las cosas y le apagué la tele.

- La cuestión es que quiero que ingrese en mi vida, y en la de todos - continué. - Yo sé lo que es quedarse sin nada y haberse encerrado tanto en una persona que después de que te abandonan, no sabes cómo volver al mundo real.

Recordé a Juan, por un segundo. Tal vez lo que pasó con él sirvió para que yo actualmente pudiera entender a una persona en mi misma situación. No había forma de ayudarla, pero al menos podíamos hacer algo para aliviar el tormento.

- Tú sabes que nunca te sale bien cuando ayudas a alguien que queda sin nada - comentó Leo, cruzándose de brazos. - Fíjate en Lucas. Se acercó a ti cuando Iván se marchó y luego conoció a Sebastián, se hicieron muy amigos, así que tú ya no sólo pasas a un segundo plano cuando está Iván, sino pasas a un tercero cuando también está Sebas. Y es lamentable, porque siempre le abres la puerta a Lucas cada vez que él está sin nadie, pero luego ni se acuerda de ti.

Encendí la televisión.

Tal vez no estaba cambiando la historia y convirtiéndome en otro personaje. Seguía siendo el mismo plan de rescate, pero nunca el plan principal.

Dejé a Leo mirando televisión y me dormí. Cuando me desperté, él ya se había ido.