49. El Regalo (IX)

jueves, 18 de septiembre de 2008

Mientras pensaba en qué momento habré hecho algo tan malo como para que mi vida se siguiera pareciendo a una Comedia de Situaciones, de muy mala calidad, hice ingresar a mi habitación a Jessica y a Emilio.

El saludo entre ambos y Felipe fue cordial. Los muchachos sólo comentaron algo acerca de la fiesta del fin de semana y se fueron. Felipe no abrió la boca en ningún momento.

- No soy tan extrovertido - me comentó, como si no me hubiera dado cuenta. - Puedo hablar bien contigo, pero una parte de mí inhibe que te pueda comentar ciertas cosas. Es decir, no puedo ponerme a hablar de una serie o de cosas superficiales que vemos, como hacen ustedes, porque simplemente siento que no tengo para decir cosas muy coherentes.

En simples cuestiones, el chico tenía mucha timidez encima. Quizá porque era una persona un tanto pequeña, o quizá porque su estética hizo innecesario el hecho de relacionarse para conseguir algo en el pasado.

Así son los combos, no pueden venir perfectos.

- ¿Y tú? - me preguntó. - ¿Cómo te trata la vida amorosa?

- Un poco morbosa, si me lo preguntas así - respondí, sonriendo. - No lo sé. Tengo un don para enamorarme de las personas equivocadas.

- ¿Por qué el anterior y tú cortaron? - preguntó.

Recordar a Juan en lo que sería mi primera cita con el chico más hermoso del mundo, no era precisamente lo que estaba deseando. Pero visiblemente la criatura estaba con intenciones de meterme el dedo en llaga.

- Digamos que el amor no era recíproco - respondí. - No era lo que esperaba. Yo estaba siempre, pero cuando lo necesitaba él desaparecía. Como que no era una prioridad en su vida y entonces un día tomé la decisión de no aceptar menos de lo que merezco.

De acuerdo. Estaba contándole una versión totalmente distorcianada a la que fue en realidad que Juan me haya abandonado, pero tampoco quería quedar como un perdedor delante de él. Por lo menos, no en la primera vez que hablábamos.