60. El Cartel Verde (10º Parte)

jueves, 18 de septiembre de 2008

"Nunca dejes de ser feliz.
Como siempre.
Firma: PABLO"


Hacía muchísimo tiempo que no hablábamos con Pablo. Es más, hace mucho tiempo que ni nos tomábamos la molestia de ver un miserable capítulo de Grey's Anatomy.

Por eso, lo encontré en la fiesta junto con su novia Paola, y mientras la chica hablaba con las damas del grupo, yo pude conseguir su atención por un segundo y apartarlo de la sociedad para que podamos hablar.

Necesitaba escuchar un consejo de alguien paulatimanete sabio, y como no lo encontré, recurrí a Pablo. Sabía que él me diría lo que quería escuchar.

- Tengo un problema - dije, sincerándome. - Tengo un amigo con quien puedo tener una relación sexual, la cual no me desagrada tenerla. Pero tengo miedo, porque el sexo modifica todo. Es decir, hay un millón de factores que entran en conflicto. Así que estoy en dudas sobre interponer mi amistad, pero el problema es que desde que noté que había posibilidades, no dejo de pensar en ello. Y me estoy volviendo loco.

Pablo me escuchó como si lo que acabara de decir era lo más normal del mundo.

- En realidad tendrías que ver con ojos más maduros la situación - me comentó. - Sexo lo puedes conseguir en cualquier lado, y quizá por un lado no estaría bien arruinar una amistad.

Aquella conversación no me estaba gustando. Si fui por Pablo, era justamente porque pensé que me iba a impulsar a que lo hiciera en lugar de que lo meditara.

- Aparte, si hay una amistad de por medio pueden pasar cosas de ambas partes - prosiguió, como si ya no me estuviera desilusionando lo suficiente. - Puede que se enamoren o que se provoquen repulsión. Rara vez podrán permanecer indiferentes al asunto. Y encima que ambas partes combinen es un asunto más complicado todavía.

No sé por qué, pero Pablo le estaba haciendo perder todo el encanto al sexo.

- Y no sé de quién me estás hablando, Oliver, pero creo que si pertenece a nuestro grupo, sería todo un hecho más caótico aún - continuó.

- Tienes razón - dije, sin responderle la duda que no me quiso consultar. - No sé cómo lo haré. Es que... Bueno, quedé un poco loco. Y ahora estoy en dudas, porque me tiraron el anzuelo y ahora no sé si pescarlo o no. Una parte de mí se muere de ganas, siendo sincero, pero otra parte más razonable tiene miedo de echarlo todo a perder. Digamos que tengo un don especial para echar a perder todo.

Pablo me puso la mano en el hombro, cual cura mira a su deboto.

- Sí, Oliver, lo tienes - me dijo, asintiendo con la cabeza y comenzamos a caminar hacia donde se encontraban todos. - Pero de todos modos me sorprende que me pidas un consejo a mí.

- Es que pensé que me ibas a impulsar a hacerlo - respondí.

Sonriendo, me mezclé entre todos los demás invitados, dejándole la incertidumbre a Pablo sobre con quién de nuestro grupo me iba a acostar.